Preguntas Frecuentes

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Proceso Terapéutico

    Todos experimentamos periodos de estrés, tristeza, angustía o tenemos conflictos tanto en la casa, en el trabajo o con amigos. Por lo que no siempre es fácil saber cuando necesitamos ayuda psicológica por parte de un terapeuta. Es importante atender un problema de forma temprana para evitar que la situación se vuelva más compleja y difícil de resolver.

    Me puede contactar vía correo electrónico, enviarme un mensaje por WhatsApp o mediante una llamada telefónica, en este caso, tome en cuenta que si me encuentro en sesión no podré contestar y le devolveré la llamada en cuanto pueda; por los otros medios de igual forma le contestaré lo antes posible.

    Una vez que estemos en contacto podremos coordinar nuestra primera sesión tomando en cuenta la disponibilidad de horario de ambos. Las primeras dos o tres sesiones serán para evaluar el tema a trabajar y conocernos para establecer una buena relación terapéutica.

    La duración del tratamiento varía de una persona a otra. Depende de las necesidades únicas del paciente, de la gravedad del problema, de las metas personales de la psicoterapia.

    La recomendación es que el proceso terapia se haga una vez a la semana, o una vez cada quince días. No es recomendable espaciar mucho tiempo entre sesiones, ya que dificultad el progreso y se pierde la motivación.

    Las sesiones de terapia individual son de 60 minutos.

Las sesiones de terapia individual tienen un costo de 30.000 mil colones.  Los pagos de cada sesión se deben realizar inmediatamente finalizada la sesión.

    En ese caso le solicito avisarme con mínimo 24 horas de antelación; esto es importante para mí ya que me permite reprogramar mi agenda y asignar el espacio liberado a otra persona.  Si pierde una sesión confirmada sin previo aviso, se aplicará la política de cancelación que se le informará en el consentimiento informado.

Trauma Psicológico

    La palabra “trauma” se asocia a guerras, crímenes violentos, terremotos. Sin embargo, hay experiencias más corrientes que pueden causar sintomatología profunda y persistente. Si no se tratan, no siempre mejoran por si solos, e incluso pueden empeorar con el tiempo. Los traumas son heridas emocionales causadas por eventos de mucho estrés que abruman la capacidad y los recursos de las personas para enfrentarlos.

    Eventos como la muerte de un ser querido, abusos durante la infancia o la adolescencia, un divorcio, la pérdida del empleo, estar lejos del país de origen, una enfermedad o un accidente alteran el equilibrio físico y emocional de las personas y pueden convertirse en traumas emocionales importantes.

    Como consecuencia de estas heridas, el cerebro sufre reacciones que provocan comportamientos poco habituales, como irritabilidad, nerviosismo, o aislamiento. Esto puede ocurrir tras el evento, o incluso años después, cuando se cree que ya ha sido superado, dándose el trastorno de estrés postraumático. (TEP)

    Los síntomas ante los cuales es recomendable buscar ayuda:

    • Dificultad para concentrarse
    • Alteraciones en el ritmo cotidiano
    • Irritabilidad
    • Ansiedad y nerviosismo
    • Estados de alerta y tensión
    • Respuestas exageradas ante cualquier estímulo
    • Temor incluso ante situaciones normales
    • Sensación de culpa
    • Vergüenza
    • Dificultad para establecer relaciones
    • Desórdenes alimenticios (sobrepeso o anorexia)

    Ante estas situaciones es importante busca ayuda profesional y acudir a un terapeuta. Éste te puede determinar el origen del problema, conocer los efectos que se produjeron en tu cerebro, ayudar a recuperar el equilibrio emocional y físico y te facilita el proceso de sanación.

    Para medir el impacto del trauma es importante ls situación de amenaza para la propia vida o la de una persona allegada.

  • Características personales: Edad, identidad, orientación sexual, raza, religión, lenguaje, traumas previos.
  • Ausencia – Respuestas de la comunidad (ayuda)Ausencia – Respuestas de la familia (ayuda).
  • Nivel de Educación.
  • Acontecimiento de duración prolongada.
  • Intensidad.
  • Ente traumatizador. No es lo mismo que el ente traumatizador sea un elemento de la naturaleza a que sea una persona, y aquí también interviene la relación con esa persona.
  • Cuándo, Cómo, Donde, # de veces.
  • La sensación de que no es posible superar la situación.

    SEVERIDAD: Gravedad del trauma cometido.

    EDAD DE LA OCURRENCIA: Las capacidades de enfrentar un evento traumático son bastantes diferentes.

    CRONICIDAD: Frecuencia y cotidianeidad de la experiencia traumática sufrida.

Terapia EMDR

    Cada psicoterapia tiene su propia visión del ser humano, la enfermedad y la salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio su recomendación para el tratamiento del Trastorno de Estrés Postraumático a solo dos modelos terapéuticos. Uno de ellos es la Terapia EMDR.

    La terapia EMDR tiene sus siglas en inglés. Significa, terapia de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares.

    Esta terapia ha sido desarrollada por la Dra. Francine Shapiro para aliviar el sufrimiento humano y ayudar a los individuos a sanar la secuela del trauma y/o la adversidad. Estos incluyen abuso (Físico, Sexual, Emocional etc.) tortura, persecución, violencia intrafamiliar, el duelo y las pérdidas, heridas de apego y vínculo, abandono, trastorno de estrés postraumático, depresión, abuso de sustancias y muchos otros.

    Desde la perspectiva de EMDR los problemas psicológicos se generan en experiencias no asimiladas. En ocasiones, sin embargo, los problemas son tan complicados, las emociones que nos producen son tan intensas, que nuestro cerebro no puede asimilar la información y queda bloqueada, atascada en el sistema nervioso. Estos eventos se bloquean en el cerebro con la imagen original, los sonidos, los pensamientos, los sentimientos y las sensaciones experimentadas en el cuerpo.

    Debido a lo anterior puede pasar algo, a veces insignificante, que dispara de nuevo todos estos recuerdos, emociones o sensaciones corporales. De esto podemos ser conscientes o no.

    Muchas veces los pacientes asisten a la terapia con los síntomas y no entienden que pasa.  Según la Dra. Shapiro muchos problemas y trastornos de tipo emocional, son manifestaciones de este material traumático y de adversidad, que se mantienen implícita y no consciente en el cerebro. Estos sistemas de memorias, se convierten en los lentes a través de los cuales continuamos viendo el presente y anticipándonos al futuro.

    Con la terapia EMDR, podemos desbloquear y procesar esas experiencias previas, trabajar con los síntomas y ayudar a la persona a recuperar la capacidad de disfrutar, de vivir su vida.

    A veces creemos que determinadas cosas no se pueden superar, simplemente porque llevan con nosotros mucho tiempo, y nos hemos acostumbrado a que estén ahí, a que formen parte de nosotros, incluso de nuestra identidad como personas. Sin embargo, lo que aprendemos trabajando con EMDR es que no hay absolutamente ninguna cosa que no pueda ser superada de modo profundo y completo.

    A finales de la década de 1980, Francine Shapiro descubrió una conexión entre el movimiento ocular y los recuerdos perturbadores persistentes. A partir de esta observación personal, comenzó a estudiar este fenómeno y a desarrollar lo que terminó siendo la terapia de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR).

    A lo largo de los años, y frente al escepticismo inicial, el trabajo de la Dra. Shapiro fue evolucionando desde una hipótesis hasta un proceso estructurado de psicoterapia. Lo que hoy es la terapia EMDR es el resultado de muchos estudios de investigación analizando los cambios durante las sesiones, la efectividad en distintas patologías, y los efectos a nivel del sistema nervioso.

    El objetivo de la Terapia EMDR es “acceder a diferentes aspectos de la memoria traumática y llevarlos a una resolución adaptativa”. (Shapiro). Cuando estos sistemas de memoria que contienen material mal adaptativo, son finalmente asimilados e integrados adecuadamente por la persona, los síntomas y dificultades en el presente, cesan.

    Funciona ayudando al cerebro a procesar éstas memorias traumáticas, llevándolas a una resolución adaptativa, por medio de un reprocesamiento.

    La idea central del modelo EMDR, denominado Modelo de Procesamiento Adaptativo de Información (PAI), es que el sistema nervioso tiene mecanismos para procesar e integrar todo lo que nos va sucediendo, incluyendo las experiencias difíciles o estresantes. En ocasiones, cuando estas experiencias son más intensas o complejas para la persona, el sistema se bloquea y el recuerdo permanece almacenado sin elaborar, con las mismas percepciones, pensamientos, emociones y sensaciones. Estos recuerdos no procesados no son fuente de aprendizaje, sino que pueden dar lugar a problemas y síntomas en el presente, cuando algo de lo que ocurre se conecta con esas experiencias. La terapia EMDR ha definido procedimientos para acceder y desbloquear esos recuerdos, y dejar así que el sistema nervioso pueda finalmente integrarlos. Dentro de estos procedimientos, uno de los elementos que se emplea es el movimiento ocular u otras formas de estimulación bilateral del cerebro (táctil, auditiva). Aunque los movimientos oculares han dado nombre a la terapia, es importante tener en cuenta que este elemento por sí mismo no constituye un abordaje terapéutico, y su uso aislado no es recomendable.

    La terapia EMDR se ha utilizado con niños, adolescentes, adultos y familias, con una amplia variedad de problemas emocionales y psicológicos.

    Hay tres tipos de técnicas o tres tipos de estimulación bilateral que se usan en EMDR y que se aplicarán según cada paciente, estas son:

  • Movimientos oculares sacádicos horizontales: Son un conjunto de movimientos que el terapeuta hace con los dedos en el campo visual del paciente. Este último tiene que seguir los dedos del terapeuta con la mirada sin mover la cabeza y haciendo un total de hasta 40 movimientos en cada realización. Es la técnica que mejor funciona en EMDR.
 
  • Estimulación auditiva bilateral: En esta se usan tonos o música bilateralizada que se escucha con auriculares. El terapeuta cuenta con un dispositivo que le permite controlar los sonidos, velocidad e intensidad.
 
  • Tapping: El terapeuta golpea con suavidad las rodillas del paciente alternando derecha e izquierda y con alternaciones las manos de la persona que se encuentran apoyadas en su rodilla.
 

    Es el terapeuta EMDR el que debe averiguar cuál es la mejor técnica en cada caso, y aunque la primera suele ser más exitosa, puede que en otros casos se requiera de otra.
    Es de destacar que esta terapia se puede combinar con otras terapias y técnicas, por lo que le dota todavía de mayor eficacia y se adapta a las necesidades de los pacientes. Por tanto, se puede valorar la posibilidad de utilizar la terapia sola o con otras técnicas.

    El tratamiento EMDR se usa no solo en eventos traumáticos y traumas sino también en ansiedad, pánico, trastornos de estrés post traumáticos, adicciones, problemas psicosomáticos, control de impulsos, duelos patológicos y más.  Por eso, hay muchos casos en que se debe considerar como una buena solución.

La terapia EMDR para abordar una amplia gama de problemas:

  • TEPT y otros problemas relacionados con el trauma y el estrés.
  • Ansiedad, ataques de pánico y fobias.
  • Enfermedades crónicas y problemas médicos.
  • Depresión.
  • Trastornos bipolares y psicóticos.
  • Trastornos disociativos.
  • Trastornos alimentarios.
  • Duelos y pérdidas.
  • Dolor.
  • Ansiedad por el rendimiento.
  • Trastornos de personalidad.
  • Violencia y abuso físico, sexual y emocional.
  • Trastornos del sueño.
  • Abuso de sustancias y adicción.
  • Violencia y abuso.

EMDR trabaja sobre las circunstancias vitales no procesadas que contribuyen a los problemas actuales.

Terapia EMDR en niños y adolescentes

    Pueden tratarse personas de todas las edades, porque no requiere que el niño entienda o pueda explicar. De hecho en niños los resultados son aún más rápidos.

     El concepto de trauma para un niño tiene otra dimensión. Pueden resultar traumáticos acontecimientos aparentemente menores, como la llamada de atención de un profesor, una imagen impactante de una película, el atragantamiento con una pieza de comida, la muerte de un abuelo, o experiencias tempranas de las que no hay aparentemente memorias durante la gestación o el parto. Por supuesto, también son traumáticos sucesos de gran envergadura como accidentes de tráfico o catástrofes. En todas estas experiencias se instalan creencias de “estoy en peligro”, “no soy querido”, etc., que pueden impactar en todo el desarrollo posterior y e interferir en los retos evolutivos que los niños deben ir conquistando. Es por ello que los niños que han vivido estrés traumático continuado o en contextos de vínculos inseguros pueden experimentar un deterioro funcional en muchas áreas.

    Los niños son más vulnerables al trauma que los adultos. Las experiencias en un adulto alteran la organización del cerebro, en un niño afectan el propio desarrollo de ese cerebro.

    EMDR, se adapta a la población infantil teniendo en cuenta el momento de desarrollo evolutivo y madurativo de cada niño y a las características específicas de la población infantojuvenil. El protocolo básico que se emplea con adultos es adaptado al desarrollo cognitivo, emocional y psicomotor del niño, para ello en las dinámicas terapéuticas se emplean dibujos, narrativas personalizadas, caja de arena, marionetas, terapia de juego, etc. En todo el proceso terapéutico es imprescindible contar con la familia, con las figuras de apego o cuidadores.

    En la intervención en la población infanto-juvenil es también muy importante la colaboración de la familia, el niño vive inserto en un mundo relacional familiar y lo ideal es contar con las figuras de apego como apoyo en las sesiones de EMDR. Si los padres están preparados y no se encuentran desbordados por las experiencias, van a ser aliados fundamentales en la intervención. En caso contrario será conveniente dotarles de recursos para que puedan acompañar a su hijo en el proceso terapéutico, pudiendo beneficiarse incluso de intervenciones propias e individuales de EMDR.